viernes, 23 de octubre de 2009

DESCOLONIZAR: UNA BÚSQUEDA Y UN IMPERATIVO DE HUMANIZACIÓN

por José Luís López
Hace apenas ocho años que las transformaciones profundas e insistentes en Bolivia cobran fuerza. Poco a poco los líderes de opinión, los nuevos actores sociales y los dramáticos conflictos sociales han logrado configurar en el imaginario social las palabras “cambio y transformación”. Hasta antes, parece que era una utopía creer y esperar “otro mundo” y otra realidad. “¡Ahora es cuando!”, se escucha murmurar y gritar con más frecuencia, sobre todo en aquellos lugares conocidos como “populares”.

¿qué cambios profundos emergen de nuestra crisis en Bolivia?

1.- “Los poderosos conciben la historia como un espejo: ven en el rostro deshecho de los otros –humillados, vencidos o ‘convertidos’- el esplendor del suyo propio”. LOS COROLARIOS DE LA COLONIALIDAD
Pensemos que todas estas realidades constitutivas de la colonialidad (racismo, eurocentrismo y modernidad capitalista) no sólo nacieron en América producto del colonialismo del siglo XVI, sino que tuvieron su continuidad -por lo menos una continuidad discursiva porque la realidad se presenta variopinta-, impulsados por los grupos internos de la élite política y económica, después de los procesos de independencia. Los Estados modernos fueron (todavía son) la realidad/poder que profundiza la colonialidad, esta vez con distinta arquitectura institucional.
2.- “Era dignidad todo lo que teníamos”. EL ARGUMENTO MÁS VALIOSO PARA LA DESCOLONIZACIÓN

La descolonización ya tuvo (ya tiene) lugar, se construye y se proyecta. Los ciclos de rebeldía contemporánea (en Bolivia y en América Latina) experimentados en las dos últimas décadas, no son sólo la expresión de movimientos sociales indignados y enfurecidos, sino que, además, son la expresión de un nuevo proceso des-colonial.
La descolonización se diseña, entonces, como una actitud. Una actitud que no nos separa de la historia, sino que nos introduce en ella de una nueva forma.